Los métodos de tortura en la edad media sirvieron para mantener un control ante los comportamientos no aceptados por la sociedad de ese entonces. Si bien, eran métodos crueles y a los ojos de todos los habitantes de un lugar determinado, hoy en día se ven como métodos poco ortodoxos y sin piedad alguna.
Sin embargo, la sociedad del siglo XXI sigue manteniendo vigente las torturas, ya que se utilizan como medio para que el más fuerte controle al más débil. Los ejemplos pueden ir desde la mamá que golpea a los hijos con cables mojados, o bien, el narcotraficante que ha de degollar o mutilar partes del cuerpo de su víctima aun estando viva.
Todos los ejemplos que puedan existir en la actualidad sobre métodos crueles, siguen sin ser aceptados por la opinión pública a diferencia de la Edad Media, donde era el pan de cada día ver a gente quemada y asesinada; pero a pesar de esto, cada vez más se ven cuerpos colgados debajo de puentes, desnudos y con evidencias de maltrato, gente que va a ser linchada por los miembros de una población o niños en el hospital porque su mamá no controlo el castigo.
Entonces, los métodos de tortura de la sociedad occidental, ya no vienen siendo un modo de castigo que era necesario para controlar a las masas, sino se ha convertido en el vehículo por el cual la gente quiere demostrar el poder, quiere hacer ver que nadie puede ir en su contra o que el que impone las reglas no es la ley ni los Derechos Humanos, sino el que tortura con menos piedad.
Por tanto, la tortura aún está vigente en el mundo que nos rodea, y siempre seguirá existiendo, lo único cambiante es el motivo, el motor y los métodos o medios por los cuales se aplique.
Si seguimos cerrando los ojos o incluso aplicando castigos con violencia, la tortura cada vez será más evidente y tendremos un retroceso a la Edad Media. ¿Es necesario ver más muertos debajo de un puente, más quemados o más niños asesinados por adultos?
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